miércoles, 8 de julio de 2009

Así se vivió el primer concierto de homenaje en Socorro


El pasado 4 de julio, Socorro vivió uno de los recitales más sentidos de su historia. La Casa de la Cultura Horacio Rodríguez Plata brindó un sincero y emocionado homenaje a uno de sus hijos preferidos: el compositor Miguel Durán López.

De la mano comprometida y juiciosa de su presidente, Pedro Manuel Pérez Villarreal, 'Manolo' para sus amigos, la Casa de la Cultura se desbordó en cariño y talento unas horas antes de cumplirse el natalicio del compositor santandereano. Varios de los mejores artistas contemporáneos de Socorro brindaron lo mejor de sus interpretaciones para acompañar a familiares, amigos y personas sencilllamente sensibles a las composiciones de Durán López.

El programa incluyó la intervención de la Coral del Municipio; el pianista Óscar Navarro; el Dueto Pentagrama Latino, integrado por Henry Amaya y Héctor Díaz; el tiple de Enrique Franco; el Conjunto de voces Armonía Musical, integrado por Gustavo Mariño, Héctor Navarro y Héctor Díaz, y la Rondalla Socorrana, conformada, entre otros, por Bertha Inés Aguilar, Héctor Navarro, Benjamín López, Mario Obregón y Héctor Díaz.

Algunos de los hijos del compositor --entre ellos Esther, Luz, Karla, Cecilia y Jorge-- asistieron emocionados al homenaje y como parte de la reibución a tan sentida sesión, entregaron a la Casa de la Cultura una pieza única que se creía perdida en el tiempo y la memoria: Las partituras del Himno de la Casa de la Cultura, con la letra de Jorge Sául Meneses Franco y música de Durán López.

Luego de la interpretación de varias de las más sonadas obras, pero a la vez de la poca conocida La cantinerita de los ojos verdes, los asistentes vivieron la magia de una sencilla, pero sentida producción en la que las luces se apagaron solo para dejar ver el aliento azul de un farolito ténue que sirvió de marco para la interpretación al únisono de todo el auditorio de la canción que hizo famoso al abogado compositor: Mariposita azul. En una estremecedora escena, los acordes de esta canción reventaron el silencio del Auditorio Felipe Durán López y más que una interpretación parecieron una oración salida de los pulmones, pero transpirada por la piel.

El del 4 de julio fue tan solo el primero de los actos culturales que celebrarán el Año Miguel Durán López. El próximo 10 de julio se realizará un nuevo concierto en homenaje y está siendo organizado por Asoarco.

Entre tanto, los dejamos con algunas de las imágenes de esa noche fantástica.

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