viernes, 17 de julio de 2009

Fidelito

Hacemos una triste pausa en este espacio de homenaje a Miguel Durán López, para darle un adiós a su sobrino Fidel Camacho Durán que el pasado viernes 17 de julio en una sencilla, pero emotiva ceremonia recibió su despedida en Jardines del Recuerdo.

Para muchos de los que conocimos a Fidel Camacho siempre nos quedó esa frustrante sensación de que no lo conocimos lo suficiente. No por egoísmo de él; todo lo contrario. Fidel fue generoso hasta más no poder, y precisamente por ello todos nos quedamos con más ganas de conocerlo en profundidad.

Los primitos Miguel Durán Rojas, Fidel Camacho Durán, Víctor Solano Durán y Jaime Durán Rojas luciendo bucles en un retrato que seguramente le dio basante dolores de cabeza al fotógrafo para lograr tenerlos quietos.

Los de su generación siempre han afirmado que desde muy joven se destacó por su inteligencia, vivacidad y amistad. En Socorro vivió feliz como cuando integró la famosa Murga del Colegio Universitario interpretando la armónica o cuando acompañó en decenas de sesiones libres a los maestros, a los hermanos, tíos y primos con su voz, su tiple o simplemente con la calidez de su figura que siempre era anfitriona de todos los asistentes.

Fidel Camacho Durán, Víctor Solano Durán y Miguel Durán Rojas, en el día de la Primera Comunión.

En el ámbito profesional alcanzó todos los honores que se podían recibir, pero no por orgullo sino movido por la única ambición que él mismo se permitía: Ayudar a los demás. Solo así puede entenderse una carrera plagada de éxitos sonoros y silenciosos. El verdadero galeno, el que sigue el juramento hipocrático, no se mide a la hora de servir. Pacientes y colegas así lo han reconocido.

En su adolescencia, Fidel Camacho integró con varios de sus amigos y familiares la Murga del Colegio Universitario de Socorro. En esta imagen de 1955 aparecen de izquierda a derecha: Alfonso Rangel, Luis Jesús Galvis, Álvaro Camacho Durán, Plinio Durán Reyes, Víctor Solano Durán, Reinaldo Solano Durán (sentado), Fidel Camacho Durán y Nelson Granados Duarte.

Y quizás sea ese, entre todos los reconocimientos recibidos, fue el que más atesoró: El agradecimiento desprevenido y espontáneo de un paciente luego de recibir más que medicinas, el consejo sabio y oportuno de un médico comprometido con su profesión, pero sobre todo con la dignificación del ser humano. Ricos, poderosos y famosos, recibieron por igual el trato preferencial que también disfrutaron hombres y mujeres humildes en cualquier rincón del país.

Víctor Solano Álvarez acompaña al joven Fidel Camacho en las épocas en las que el segundo se instalaba en Bogotá para estudiar Medicina en la Universidad Nacional.

Además, su paso por la Academia se vio enaltecido con generaciones enteras de nuevos médicos que a la hora de tomar la especialización en cirugía de tórax se encontraron con 'el maestro'. Así de sencillo. Y fue un maestro porque se atrevió, porque se lo fijó como un imperativo moral, al entender que debía desbordar la simple responsabilidad de ser un profesor.

Sin embargo, estas humildes y breves palabras no se van a detener en su laureada hoja de vida porque no alcanzaría este espacio. Por ello, solo buscábamos hacer un alto, una dolorosa pausa para recordar a uno de los más queridos hijos, primos, tíos, abuelos y hermanos que han dado las pródigas ramas de la familia Durán.

Fidel: ¡Nunca te olvidaremos! Gracias por cada uno de los momentos compartidos.

Información relacionada:
El prestigioso médico cirujano Fidel Camacho Durán, especialista en cirugías de tórax, falleció ayer en la mañana, a los 68 años, en circunstancias que sorprendieron a quienes lo conocieron.

Fue catedrático de las facultades de medicina de las universidades Nacional, Javeriana, Rosario, Hospital Militar, y uno de los fundadores de esta misma carrera en la Universidad de Los Andes.

En concepto de representantes del cuerpo médico, Camacho fue el “gran maestro de la cirugía del tórax”, que preparó a las dos últimas generaciones de este tipo de especialistas en el país.

Su trayectoria e importancia llegaron al punto de que, en un quirófano, cuando se practicaba ese tipo de cirugías, los especialistas hablaban de aplicar “la técnica Camacho”, recordaron quienes fueron sus alumnos.

Esa técnica consistía en ser certeros en el diagnóstico, hábil, rápido y efectivo en la práctica de esa alta cirugía.

Fue, igualmente, durante varios años, miembro de la junta directiva del Hospital Santa Clara, como representante del sector científico. De ahí que esta institución sea reconocida por dicha cirugía.

Pertenecía también a la Asociación Médica de Los Andes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tio lo vamos a extrañar eternamente. Lo amamos muchoooooo!